Tommy Egan abandona Nueva York, la única ciudad que ha conocido, da un rápido rodeo para cerrar una vieja herida que le persigue desde hace décadas y marcha a Chicago. Lo que iba a ser una parada rápida se convierte en un laberinto de secretos familiares y mentiras que Tommy creía enterradas desde hace tiempo. Un paso lleva a otro y Tommy acaba metiéndose en el mundo del tráfico de drogas de Chicago, en medio de las dos mayores mafias de la ciudad.
Con la idea de dominar el juego de la droga, Tommy y su equipo apenas pueden seguir el ritmo a la demanda y requieren de más ayuda para aumentar la producción. Tommy sabe que le esperan problemas. Se entera de más detalles impactantes sobre su familia y se da cuenta de que eso podría acabar afectando a su negocio.