La serie describe la vida de los Bundy, una familia disfuncional que vive en Chicago, Illinois, conformada por Al (Ed O'Neil), Peggy (Katey Sagal), Kelly (Christina Applegate), Bud (David Faustino) y Buck, su perro. Parodia de una típica familia norteamericana de los años 80: un marido al que poco le importaba su familia; la señora, una impulsiva compradora; la hija, que es el estereotipo de "rubia sexy y tonta"; y el hijo, un perdedor que busca ser atractivo. Posteriormente se unirían a la familia Seven, un hijo adoptado.
Steve y Marcy deciden invertir el dinero que les acaba de devolver Hacienda ampliando su casa mediante la construcción de una nueva habitación. Ahora bien, ¿qué habitación debería ser? Según Al, una sala de billar, por supuesto. Peggy, por su parte, intenta convencer a Marcy de que lo ideal sería una sala de ejercicios, para ahorrarse los paseos hasta el gimnasio. La disputa está servida en ambas familias.