Tirso Abantos es un exmilitar solitario y poco afectuoso que regenta una ferretería de barrio. Tras un incidente familiar se ve obligado a encargarse durante un tiempo de su nieta Irene, una joven rebelde que anda con malas compañías.
Irene quiere quedarse a vivir con su abuelo y esto solo dificulta todavía más la relación de Tirso con Jimena. Nelson e Irene siguen pensando el uno en el otro, pero ninguno lo va a reconocer. Ezequiel continúa en casa de Gladys a pesar de los esfuerzos de esta por explicarle que no puede permanecer allí. Jimena está muy dolida y tiene un accidente por el que acaba en comisaría.