Además de su sentido de la justicia, Diego de la Vega tiene su batalla personal para convertirse en Zorro: descubrir al asesino de su padre. Un propósito vital que no le hará detenerse ante nada ni nadie para descubrir su identidad.
Monasterio empieza a sospechar que Zorro no es todo lo que el Gobernador predica. Diego y Nah-Lin se ven obligados a dejar atrás sus diferencias y pactar una tregua temporal si quieren liberar a los indígenas apresados. Diego encuentra una pista clave para encontrar a los asesinos de su padre.