Marcel Talon se ve acosado por un pasado que no logra superar y se siente culpable ante los ojos de la sociedad. Para vengarse decide robar los 200 millones de dólares que se encuentran en la caja de seguridad de un banco de Montreal. Con la ayuda de un grupo muy peculiar decide excavar un túnel que llegue hasta dicha caja...
El cuerpo de una mujer sin vida es encontrado en su apartamento una mañana de invierno. Toda la evidencia la dirigen a su prometido. Pero él tiene un hermano gemelo. Los detectives tendrán que ver más allá de las apariencias para encontrar al verdadero asesino.
Jeanne, tras la desaparición de su hija, se siente decepcionada con la respuesta de la policía, para quien una joven fugitiva no es una prioridad y se da cuenta de que solo puede confiar en ella.
En los años 70, la actriz Delphine Seyrig y la directora Carole Roussopoulos, ambas feministas militantes, fueron las pioneras del videoactivismo en Francia. Documentaron las manifestaciones de las feministas francesas y utilizaron las nuevas tecnologías para contrarrestar la escasa representación de las mujeres en los medios públicos.
Sylvia (Isabelle Huppert), una mujer de cuarenta años que vive en Niza, hace tiempo que ha perdido sus ilusiones y se dedica a la prostitución para sobrevivir. Sus relaciones con su hija (Maud Forget), una adolescente de catorce años, son crispadas y desesperantes, pero un día se produce un drama que las obliga a huir juntas.
No hay pasión más peligrosa que la cinefilia. Si no, fíjense en Sylvain, un joven taquillero de una vieja sala de arte y ensayo a punto de cerrar, que dedica su tiempo libre a saldar sus deudas con las mujeres asesinando silenciosamente y a golpe de puñaladas. Pocas veces el plástico y colorista póster de Playtime de Tati ha parecido tan sombrío. El director Laurent Achard traslada los referentes cinéfilos al universo frío y aterrador de un asesino en serie. Una imagen medida, una estética marcadamente retro y un dominio rotundo de los tiempos aderezan esta cinta de celuloide ensangrentado.
Al enterarse de que está gravemente enfermo, Barsam decide volver a su tierra natal. Antes de irse a Armenia, le deja a su hija Anna numerosas pistas para que pueda encontrarlo. Anna emprende entonces la clase de viaje que su padre quería que hiciera: un viaje iniciático, una forma de educación sentimental, un regreso a la adolescencia. Anna encontrará a su padre en un pueblo perdido del Cáucaso, sentado bajo un árbol frutal en flor.