**Mucha clase tiene Mann**
Es fácil reconocer una película de Michael Mann gracias a ese tratamiento de la imagen tan meticuloso, la peculiaridad en los movimientos de cámara, el ritmo visual que aporta en todas sus secuencias, los efectos de sonido, la banda sonora y los silencios...
Y es precisamente este conjunto de factores tan elaborados el que otorga interés y mucha clase a un thriller que, en realidad, tiene un guión vulgar e intrascendente, pero cuya narración acaba atrapando debido a ese cúmulo de virtudes cinematográficas.
Mann es un realizador extraordinario, e incluso sus obras menores nunca dejan indiferente a nadie porque, al revisarlas, da la sensación de haber experimentado aquello que está ocurriendo en la gran pantalla. Te sientes atrapado e involucrado en primera persona, como en un juego, y sales del cine con cara de haber disfrutado de verdad.
Siempre me ha gustado Michael Mann, desde que creara la mítica serie ochentera _Corrupción en Miami_ que, por cierto, marcó tendencia y una forma de hacer series que hoy en día aún perdura.