**La sombra de una duda**
Es un atractivo ejercicio estético el que imprime el surcoreano Chan-wook, esta vez bajo el mecenazgo de los hermanos Scott.
Repleta de planos cortos y con una gran agilidad visual, la cinta transpira detalles casi poéticos y muy atractivos, incluyendo secuencias y encadenados preciosos que me recuerdan al mejor cine clásico.
Habría sido muy fácil caer en la pretensión, ya que la historia no es más que una reinvención más violenta del clásico de Hitchcock, pero llega un momento en el que, sin darte ni cuenta, ya ha pasado una hora y media y eres consciente de haber experimentado algo extraño.
Y qué se puede decir de la Kidman que no se haya dicho ya... para mí es un referente moderno de la interpretación clásica, aun a pesar de sus inquietantes retoques estéticos.