La pandemia por COVID-19 modificó las dinámicas de comunicación, traslado, trabajo e interacción de las sociedades en México y el mundo, pero para los enfermos hospitalizados por el virus se cerraron todas las posibilidades de contacto con los suyos. Los enfermos sospechosos de padecer COVID-19 son aislados desde el momento en que ingresan a las unidades médicas, sin la certeza de estar contagiados y en total soledad.