Como sus padres se van de casa el fin de semana, Thomas se deja convencer por su mejor amigo Costa para celebrar una fiesta en su casa. Convencido de que esa noche puede ser el punto de inflexión en sus vidas, Costa no escatima esfuerzos para difundir el rumor. Pronto empezaron a aparecer los primeros invitados y la fiesta se desvió peligrosamente de sus planes. Sigue llegando más gente, y más todavía, que pronto invade el patio trasero y la casa de Thomas, pero también las calles aledañas y todos los espacios abiertos del barrio. Incrédulos, Thomas y sus amigos se dan cuenta demasiado tarde de que son los instigadores de un movimiento imposible de controlar...