Parker es un ladrón con un código ético muy particular: sólo roba a los ricos. Tras una operación, es traicionado por su equipo y dado por muerto. Entonces decide adoptar una nueva identidad; lo que se propone, con la ayuda de una hermosa mujer, es apoderarse del botín y que sus antiguos socios lamenten haberse cruzado en su camino.
Cuando un poderoso jugador y su sensual esposa contratan a un agente inmobiliario en desgracia, para comercializar discretamente su residencia de Malibú. La traición, adulterio, asesinato y venganza sobrevienen.
Trata sobre el delirio en el mercado inmobiliario en la víspera del colapso económico. Relata un viaje de alta velocidad de un broker de hipotecas desprevenido, tragado por el sexo, la codicia y la indulgencia excesiva del boom inmobiliario a mediados de la década de 2000.
Simon Keller (Cusack), un ladrón americano llega a un país extranjero con la necesidad de hacerse con algún conductor que le ayude en sus golpes. En lugar de contratar algún conductor de medio pelo, decide contratar los servicios de un instructor ex campeón de F-1, Peter Roberts (Jane). Durante su primera lección, Keller roba un banco y Roberts no tiene más remedio que utilizar su talento en la conducción para alejarse de la policía y los mafiosos que quieren hacerse con el motín.
Porter, su mujer Lynn y Val cometen un atraco embolsándose, nada más y nada menos, que ciento cuarenta mil dólares. Los problemas surgen, sin embargo, cuando los tres delincuentes se disponen a repartirse el botín, ya que Val quiere quedarse con absolutamente todo, incluida Lyn. Su oportunidad llega muy pronto y decide acabar con la vida de su compinche. Val, victorioso, piensa que se ha deshecho de Porter para siempre, pero su ahora ex-compañero es más duro de lo que pensaba…