(CASTELLANO) Una entrega que intenta llevar la saga de James Bond a nuevas alturas, literalmente, pero que termina perdiendo el equilibrio entre el espectáculo y la narrativa. Moonraker destaca por su ambición visual y su apuesta por una aventura espacial que, si bien resultó innovadora en su tiempo, hoy puede sentirse desconectada del espíritu original del personaje creado por Ian Fleming.
La dirección artística de Ken Adam y los efectos especiales de Derek Meddings son los verdaderos protagonistas de esta película. Desde las impresionantes localizaciones hasta las secuencias espaciales, no cabe duda de que el diseño visual alcanza un nivel destacable. Sin embargo, el guion, aunque cumple con los elementos habituales de la franquicia, como los gadgets extravagantes y los villanos caricaturescos, no logra aportar el peso emocional o la intriga que caracterizó a las primeras entregas.
Roger Moore mantiene su estilo relajado y encantador como James Bond, pero su interpretación puede sentirse algo limitada en una trama que se inclina demasiado hacia lo absurdo. Los momentos humorísticos, aunque efectivos en algunos casos, tienden a restar credibilidad a la historia, especialmente cuando se enfrenta a enemigos tan extravagantes como Jaws, que regresa en un tono más caricaturesco.
A pesar de sus puntos débiles, la película logra entretener con sus secuencias de acción bien ejecutadas y su capacidad para mantener un ritmo ágil. Moonraker es, en esencia, una aventura visualmente impresionante, pero que sacrifica el alma de Bond en favor de un espectáculo desmedido. Ideal para quienes busquen una experiencia ligera y sin pretensiones, pero puede no satisfacer a los fans que añoran el enfoque más sobrio de las primeras entregas de la saga.
(ENGLISH) A Bond film that aims to take the franchise to new heights—literally—but ends up losing its balance between spectacle and storytelling. Moonraker stands out for its visual ambition and its bold venture into outer space, which, while innovative at the time, may now feel disconnected from the original spirit of Ian Fleming's creation.
The true stars of the film are Ken Adam's production design and Derek Meddings' special effects. From stunning locations to elaborate space sequences, the visual craftsmanship is undeniably impressive. However, the script, while including the series' trademark gadgets and over-the-top villains, lacks the emotional depth and intrigue that defined earlier entries.
Roger Moore delivers his usual charming and laid-back portrayal of James Bond, but his performance feels somewhat constrained by a story that leans too heavily into absurdity. The comedic moments, though occasionally effective, often undermine the film's credibility—especially when dealing with larger-than-life foes like Jaws, who returns in a more cartoonish role.
Despite its flaws, the film delivers entertainment through well-executed action sequences and a consistently brisk pace. Moonraker is, at its core, a visually dazzling adventure that sacrifices Bond's essence in favor of over-the-top spectacle. It’s a fun ride for those seeking a lighthearted experience, but it may not fully satisfy fans who prefer the more grounded tone of the franchise's earlier days.