**Solo para acólitos anónimos**
Abrams siempre había sido un director esencialmente de series, y no deja de sorprenderme el enorme crédito que ha ido consiguiendo de las productoras para llevar a cabo proyectos como este, con el último grito en efectos especiales y una puesta en escena de auténtico lujo.
En realidad es eso lo que la hace interesante. Un concepto que, por cierto, resulta efímero a muy corto plazo. Y entonces no queda ningún argumento para revisarla.
Por lo demás, nada que no se haya dicho ya últimamente refiriéndonos a la factoría hollywoodiense: guión plano y predecible, interpretaciones flojas y, en este caso concreto, abollado proselitismo _treky_. O _friki_, como quieras.