Las actividades del desenfrenado e indiscriminado asesino en serie Ben son grabadas por un equipo documental voluntariamente cómplice, que eventualmente se convierte en sus cómplices y participantes activos. Ben ofrece comentarios casuales sobre la naturaleza de su trabajo y reflexiones arbitrarias sobre temas que le interesan, como la música o las condiciones de las viviendas para personas de bajos ingresos, e incluso llega a presentar al equipo del documentalista a su familia. Pero sus indulgencias imprudentes pronto los superan.