Olimpia Coral Melo no decidió convertirse en un icono feminista. Fue la única forma que encontró para reapropiarse de su nombre y su imagen tras haber sido expuesta en el mundo virtual. Con su historia como bandera, desarrolló durante trece años una ley que protege a las mujeres de la violencia sexual digital. Tras su aprobación, Olimpia se embarca en un viaje para sanar sus heridas, ya no a través de las demás, sino desde ella misma.