Un hombre se transporta accidentalmente al 1300 d.C., donde debe combatir con un ejército de muertos y recuperar Necronomicón para poder volver a su época.
Cuando un torpe par de empleados en un almacén de suministros médicos accidentalmente libera un gas mortal en el aire, los vapores causan que los muertos vuelvan a animarse mientras van en un alboroto en busca de su comida favorita: ¡cerebros!
Unos misteriosos barriles caen de un camion del ejército cerca de un cementerio abandonado de un pequeño pueblo, donde unos chicos lo abren sin saber las consecuencias que ello concierne. Pues su contenido despertará a los muertos...
Un grupo de los adolescentes quiénes, en una tentativa de rescatar a un amigo de una mala situación, terminan por liberar una multitud de zombis sedientos de sangre.
Francesco Dellamorte es el cuidador del cementerio de Buffalora, un pueblo del norte de Italia. Dellamorte vive una vida solitaria apartado del mundo; su único amigo es Gnaghi, un pequeño, feo, lisiado y mudo compañero con el que comparte su ronda diaria por el cementerio. Desde hace algún tiempo, los muertos enterrados en el cementerio de Buffalora reviven debido a una súbita y misteriosa epidemia. Dellamorte tendrá que impedir que los muertos invadan el mundo de los vivos, algo que el resto de los humanos piensa que es sólo parte de su imaginación...
Tres exploradores, amigos de toda la vida, unen sus fuerzas con la agresiva camarera de un bar para formar el equipo de héroes menos probable del mundo. Cuando su pacífico pueblo es asolado por una invasión de zombies, lucharán por la insignia de sus vidas y pondrán a prueba sus habilidades como exploradores para salvar a la humanidad del ataque de los no muertos.
Cuatro historias entrelazadas que ocurren en Halloween: un director de escuela secundaria tiene una vida secreta como asesino en serie; una virgen universitaria podría haber conocido al único tipo para ella; un grupo de adolescentes saca una broma mala; un viejo recluso amargado recibe un invitado no invitado.
El singular Doctor Herbert West, un eminente científico de mucho cuidado, cumple condena desde hace catorce años por ser el causante de la matanza de Miskatonic. Una tragedia provocada por extraños engendros, productos de sus experimentos sobre reanimación de organismos muertos. Para él, toda esa masacre es fácilmente justificable si es entendida como un daño colateral, inevitable consecuencia de cualquier proceso experimental. El resto de la sociedad no lo entendió así. "Estúpidos, ignorantes e hipócritas", se repite West. Ahora en prisión, lejos de rehabilitarse y arrepentirse de su obsesión científica por vencer a la muerte, sigue trabajando en esa misma línea... pero unos pasos más allá...
Continuación de la historia de la cuarta entrega, donde el tío de Julián, Charles, es asesinado por uno de sus experimentos, los ilusos jóvenes que sobrevivieron en la anterior, vuelven al lugar para volver a luchar contra los zombies e intentar acabar con el compuesto químico causa de sus males, el Trioxyn-5.
Un peligroso organismo extraterrestre llega a la Tierra, se trata de unas babosas del espacio que se introducen por la boca, alojándose en el cerebro de la víctima y convirtiéndolos en auténticos zombies. Así, estas babosas alienígenas siembran el terror adolescente en esta producción de los ochenta que homenajea el cine de terror de serie B. Su leyenda reza: "La buena noticia es que tus citas están aquí... la mala es... que están muertas".
Sacudido con la culpa sobre el suicidio de su hermana Ai, que fue atormentada por matones de instituto, el estudiante de karate Megumi acompaña a un grupo de viejos amigos por un viaje en los bosques: La simpática Aya, su novio, junto a Maki, y Naoi. Las cosas comienzan a ir mal cuando Maki encuentra un gusano parásito dentro de un pescado que ellos toman y que será el detonante a problemas que ellos no hubieran imaginado.
El principio de I Sell the Dead es una auténtica declaración de intenciones: hordas de gente en la plaza de un pueblo del siglo XIX gritan encendidas ante una guillotina a punto de cortar en dos al mismísimo Larry Fessenden. El filo cae y el busto del director de Wendigo rueda. La pantalla se tiñe de rojo. Fessenden y Dominic Monaghan (el Charlie de Perdidos) interpretan a dos ladrones condenados a muerte. El segundo optará por confesar sus interminables fechorías a un cura con el rostro de Ron Perlman, que aquí abandona el rojo demoníaco de Hellboy para sumirse en el rojo de la sangre.