No es una obra maestra ni va a entrar en el panteón de los clásicos del cine. Pero es bella por su simplicidad. Un blanco y negro impecable y una cámara en todo momento bien ubicada (Los primeros planos brillan y abundan).
El contexto histórico se entiende aunque quizá podría dar más información para quien no supiera que sucedía en Irlanda del Norte en esa época.
Es una historia familiar. Un drama familiar.
Un pequeño destello.