**Si quieres barras y estrellas, toma dos tazas**
Eastwood es mi reaccionario favorito. Su talento para hacer cine es ya indiscutible y, aunque esta no es una de sus obras maestras como _Gran Torino_ o _Sin Perdón_, sí que ofrece una historia desgarradora muy bien contada. Tal vez con un exceso de edulcorado proselitismo patrio, pero es lo que tiene el amigo Clint.