**El señor de las pifias**
Guy Ritchie ha perdido aquella frescura y originalidad que mostró en _Snatch_ (2000), y que jamás ha vuelto a mostrar en ninguno de sus siguientes trabajos, incluyendo el que nos ocupa hoy.
Aunque la intención es buena y el ritmo visual pretende ser el de antaño, Ritchie ha perdido fuelle a lo largo de estas dos décadas mostrando, cinta a cinta, que su talento fue solo pasajero, y que ahora necesita imitar a Tarantino para plasmar cierto efectismo en las escenas dialogadas. Y en cambio, allá donde podía haber regalado atrevimiento y transgresión, originalidad y personalidad, todo se diluye en un resultado vago e intrascendente.
En fin, vulgaridad, confusión y poco atrevimiento para un thriller pueril de sobremesa.