Viajó de San Francisco a la campiña neozelandesa para revitalizar una posada rústica. Se encontró con unas cuantas sorpresas, contratista sexy incluido.
Tras perder su trabajo y a su novio la joven Gabriela, una ejecutiva de San Francisco, gana en un concurso un hotel rural en Nueva Zelanda. Decide entonces dejar atrás la vida en la ciudad para restaurar el local y poner en marcha el negocio con ayuda de Jake Taylor, un joven y apuesto contratista.