Alice, una madre soltera que vive dedicada más a su trabajo como ingeniera genética que a Joe, su hijo adolescente, desarrolla una nueva variedad de flor que supuestamente tiene la capacidad de hacer feliz a su dueño gracias a sus especiales propiedades químicas.
El chef Michael (Ewan McGregor) y la investigadora Susan (Eva Green) se conocen y se enamoran mientras se extiende por toda Europa una grave epidemia que priva a la gente de sus percepciones sensoriales.
En el futuro, el gobierno mantiene el control de la opinión pública proscribiendo la literatura y manteniendo un grupo de ejecutores, conocidos como «bomberos», para realizar las necesarias quemas de libros. El bombero Montag comienza a cuestionar la moralidad de su vocación…
Todd O-POS 3465 es un soldado del futuro, entrenado para el combate desde que nació. Él y su equipo son los mejores, hasta que el Coronel Mekum decide crear una raza de guerreros perfectos a través de la manipulación genética. Al ser considerado obsoleto, Todd es abandonado en un planeta utilizado como vertedero, en el que habita un grupo de colonos olvidados. Allí, rodeado de gente sencilla, empieza a descubrir los valores de la amistad y el amor. Pero su destino le perseguirá, y tendrá que volver a enfrentarse al Coronel Mekum y sus soldados para defender a esas personas y su estilo de vida.
La Red Invisible es una novela que da la vuelta al mundo y recorre desde el siglo XIX hasta un futuro apocalíptico, a través de seis historias entrelazadas. El relato se abre en 1850 con el regreso del notario estadounidense Adam Ewing desde las islas Chatham a su California natal. Durante el viaje, Ewing traba amistad con un médico, el doctor Goose, que comienza a tratarle de una extraña enfermedad causada por un parásito cerebral... Repentinamente, la acción se traslada a 1931 en Bélgica, donde Robert Frobisher, un compositor bisexual que ha sido desheredado, se introduce en el hogar de un artista enfermizo, su seductora esposa y su núbil hija... De ahí saltamos a la Costa Oeste en la década de los setenta, cuando Luisa Rey destapa una red de avaricia y crimen que pone en peligro su vida... Y, del mismo modo, con idéntica maestría, viajamos a la ignominiosa Inglaterra de nuestros días.
Leo Biederman se ha apuntado al Club de Astronomía del colegio, más para estar con Sarah Hotchner que para mirar el cielo. Un día descubre en un cúmulo de estrellas una gran mancha blanca que resulta ser un cometa que está a punto de chocar con la Tierra. Mientras tanto, Jenny Learner, una ambiciosa reportera de la NBC, rastreando una posible historia escandalosa de un senador, descubre accidentalmente que Ellie (E.L.E.) no es el nombre de su amante, sino de un cometa que amenaza con destruir la Tierra.
La chica mentada es Arlen, (Suki Waterhouse), uno de millares de americanos considerados inadmisibles a la sociedad, que es unceremoniously lanzado en un wasteland hostil del desierto cercado de la sociedad civilizada. Mientras que deambulando en su exilio en el desierto, es capturada por una banda salvaje de caníbales y velozmente se percata de que deberá batallar por su existencia en este planeta humano humano. Amirpour ha creado otro capítulo cinematográfico tan uncategorizable como su primer.
Espacio profundo. Monte y su hija Willow viven completamente aislados a bordo de una nave espacial. No siempre estuvieron solos: eran parte de un grupo de condenados a muerte que aceptaron conmutar sus sentencias por participar en una misión con destino al agujero negro más cercano a la Tierra.
El apocalipsis se muestra como una bendición oculta para un afortunado recluso, hasta que un segundo superviviente llega con la amenaza de hacerle compañía.
En un futuro próximo, un apagón masivo precipita a la humanidad hacia su final. En este escenario encontramos a Nell (Elliot Page) y Eva (Evan Rachel Wood), dos hermanas que viven con su padre en una casa a cuarenta kilómetros del pueblo más cercano. Apremiadas por las dificultades para sobrevivir, las dos chicas tendrán que ingeniárselas para luchar contra el hambre y los saqueadores.
Si algo tendría que conseguir la tecnología es el resolver uno de los grandes problemas de la humanidad como es la compatibilidad romántica o el eterno problema de encontrar a tu pareja perfecta. TiMER da la solución con una especie de pulsera de última generación que marca la fecha exacta en la que encontraremos a nuestra media naranja.