**Torpeza sobre el mar**
Si alguien quiere ver a Tom Hanks haciendo lo único que sabe hacer de verdad, es decir, sobre actuar, que se acerque a la gran _The Ladykillers_ (2004) de los hermanos Coen. Ellos han sido los únicos realizadores capaces de entender las limitaciones interpretativas del actor para sublimarlas y sacarles el máximo provecho. El resultado es notable, el mejor Hanks que hemos visto nunca, un actor tan limitado como mediocre, sobrevalorado por su público y por la crítica más comercial.
Y _Greyhound_ no es más que otra de sus apariciones estelares a manos de un director intrascendente y vulgar, incapaz de insuflar vida a ninguno de los personajes, centrando el supuesto atractivo de la cinta en los meros efectos especiales en momentos muy concretos, es decir, en las cuatro batallas navales, torpedo va y torpedo viene.
No hay nada más en Greyhound. El protagonista no nos da pena ni gracia, no nos emociona ni nos decepciona. Simplemente existe para regurgitar jerga marinera y para escoltarnos (nunca mejor dicho) hasta el final de la obra.