(ESPAÑOL) Dirigida por Chris Columbus y protagonizada por Adam Sandler, Pixels es una comedia de acción que se apoya en la nostalgia ochentera para construir su premisa: un grupo de personajes debe enfrentarse a invasores alienígenas que han adoptado la forma de personajes de videojuegos clásicos. Sin embargo, lo que en el papel podría parecer una idea original y divertida, se queda a medio camino entre la parodia y el homenaje, fallando en su ejecución por un guion flojo y un humor que no siempre conecta.
La película comienza con un prólogo prometedor que nos transporta a los años 80, época dorada de los videojuegos arcade, con referencias claras a títulos icónicos como Pac-Man, Donkey Kong y Space Invaders. Este inicio logra captar la atención gracias a los efectos especiales que recrean a los personajes digitales y por el guiño nostálgico a una generación que creció en esa época. Sin embargo, a medida que la trama avanza y nos trasladamos al presente, Pixels pierde fuelle, cayendo en clichés del género y en chistes que no terminan de funcionar.
Adam Sandler interpreta a Sam Brenner, un técnico de instalación de sistemas de entretenimiento doméstico que, en su juventud, fue un campeón de videojuegos. Junto a su mejor amigo, el presidente de los Estados Unidos (interpretado por Kevin James), Brenner se convierte en la última esperanza de la humanidad para derrotar a los invasores alienígenas. Aunque Sandler ha demostrado tener talento en otras comedias, aquí parece estar en piloto automático, recurriendo a su habitual papel de hombre infantil que, de alguna manera, consigue conquistar a una mujer atractiva, interpretada en este caso por Michelle Monaghan. El personaje de Monaghan, una teniente coronel del ejército, queda reducido a un interés romántico que no aporta mucho a la trama.
Uno de los puntos más fuertes de Pixels es, sin duda, su apartado visual. Los efectos especiales logran capturar la esencia de los videojuegos clásicos, convirtiendo a los alienígenas en amenazas pixeladas que destruyen el mundo a medida que avanzan. Las escenas de acción están bien ejecutadas, y algunas secuencias, como la persecución de Pac-Man por las calles de Nueva York, son espectaculares y ofrecen momentos de entretenimiento genuino. Peter Dinklage, quien interpreta a un antiguo rival de videojuegos de Brenner, aporta un toque de carisma y excentricidad a la película, aunque su personaje cae en estereotipos y su historia personal no se desarrolla lo suficiente.
El problema principal de Pixels radica en su guion, que intenta combinar comedia y acción sin encontrar un equilibrio adecuado. Los chistes se sienten repetitivos y, en muchos casos, dirigidos exclusivamente a un público estadounidense, lo que puede hacer que algunos espectadores internacionales no se sientan identificados. Además, la película intenta apelar a la nostalgia de la Generación X, pero el humor y el tono parecen dirigidos a un público más joven, creando una desconexión entre lo que la película pretende ser y lo que realmente es.
Comparada con otras películas que han explorado la nostalgia de los años 80, como Ready Player One, Pixels no logra el mismo impacto. Donde Steven Spielberg logró construir un mundo inmersivo y lleno de referencias culturales que enriquecían la historia, Chris Columbus se queda en la superficie, ofreciendo un espectáculo visual sin mucha profundidad narrativa. También es inevitable comparar Pixels con otras películas protagonizadas por Sandler. Aunque algunas de sus comedias, como Happy Gilmore o The Wedding Singer, han sido bien recibidas por su mezcla de humor y corazón, Pixels carece de esa chispa emocional que las hacía destacar.
En términos de ritmo, la película sufre de altibajos. Mientras que las secuencias de acción y los enfrentamientos contra los personajes de videojuegos son dinámicos y entretenidos, los momentos de transición y los diálogos entre los personajes principales ralentizan la trama, haciendo que algunas partes se sientan más largas de lo necesario. Además, el humor, que debería ser uno de los puntos fuertes de la película, es inconsistente. Aunque hay algunos momentos divertidos y referencias ingeniosas, la mayoría de los chistes caen en terreno conocido y no sorprenden.
El director Chris Columbus, conocido por su trabajo en películas familiares como Home Alone y Harry Potter y la piedra filosofal, demuestra una vez más su habilidad para crear escenas de acción accesibles y familiares. Sin embargo, Pixels no logra alcanzar el nivel de sus anteriores éxitos. A pesar de contar con un reparto sólido y un concepto interesante, la película se siente como una oportunidad perdida para ofrecer una comedia de acción realmente memorable.
En conclusión, Pixels es una película que promete mucho más de lo que ofrece. Aunque su premisa y sus efectos visuales pueden resultar atractivos para los amantes de los videojuegos clásicos, el guion flojo y el humor inconsistente impiden que la película alcance su máximo potencial. Es un producto entretenido para una tarde sin mayores pretensiones, pero no es una comedia que deje huella o que se recuerde con cariño. Los fanáticos de los videojuegos encontrarán en Pixels algunas referencias nostálgicas que disfrutarán, pero aquellos que busquen una historia sólida y personajes bien desarrollados probablemente se sientan decepcionados.
(ENGLISH) Directed by Chris Columbus and starring Adam Sandler, Pixels is an action-comedy that heavily relies on 1980s nostalgia to build its premise: a group of unlikely heroes must face off against alien invaders who have taken the form of classic video game characters. While the concept sounds fun and original, the film falls short due to weak execution, a lackluster script, and humor that doesn’t always land.
The film starts with a promising prologue set in the 1980s, the golden era of arcade games, with clear references to iconic titles like Pac-Man, Donkey Kong, and Space Invaders. This nostalgic opening effectively captures the audience's attention thanks to impressive visual effects and a playful nod to a bygone era. However, as the story shifts to the present day, Pixels begins to lose momentum, relying on tired genre clichés and jokes that feel forced.
Adam Sandler plays Sam Brenner, a former video game champion turned home entertainment technician, who is called upon to save the world when aliens attack Earth using video game characters as weapons. Alongside his best friend, the President of the United States (played by Kevin James), Brenner leads a mission to stop the invasion. Sandler, known for his comedic roles, delivers a performance that feels lazy and uninspired, relying on his usual persona of an immature man who somehow manages to win the affection of a beautiful woman, in this case, Michelle Monaghan, who plays a lieutenant colonel in the military. Unfortunately, Monaghan’s character is reduced to a one-dimensional love interest with little to contribute to the plot.
The film's strongest aspect is undoubtedly its visuals. The special effects bring the classic video game characters to life in a way that is both nostalgic and thrilling. The action sequences, particularly the Pac-Man chase through the streets of New York, are well-executed and provide genuine moments of entertainment. Peter Dinklage, who plays Eddie Plant, a former gaming rival of Brenner, adds some charisma and eccentricity to the film, but his character is underdeveloped, leaving viewers wanting more depth.
The primary issue with Pixels lies in its script, which struggles to balance comedy and action. The jokes are often repetitive and primarily targeted at an American audience, potentially alienating international viewers. The film also attempts to appeal to Generation X through nostalgic references, but the humor and tone seem more suited for a younger demographic, creating a disconnect between the intended audience and the actual content.
When compared to other nostalgia-driven films like Ready Player One, Pixels falls short. Steven Spielberg’s Ready Player One successfully immersed viewers in a richly detailed world filled with cultural references that enhanced the narrative. In contrast, Chris Columbus’s Pixels feels shallow, offering a visually appealing spectacle without much narrative depth. Similarly, compared to Sandler’s earlier hits like Happy Gilmore or The Wedding Singer, Pixels lacks the emotional resonance that made those films memorable.
In terms of pacing, Pixels suffers from inconsistency. While the action scenes are fast-paced and engaging, the slower moments between them drag, making some parts of the film feel longer than necessary. The humor, which should be one of the film’s strengths, is inconsistent. There are a few genuinely funny moments and clever references, but many jokes fall flat and feel predictable.
Director Chris Columbus, known for family-friendly films like Home Alone and Harry Potter and the Sorcerer's Stone, demonstrates his ability to craft accessible action sequences. However, Pixels doesn't match the quality of his previous successes. Despite a strong cast and an interesting premise, the film feels like a missed opportunity to create a truly memorable action-comedy.
In conclusion, Pixels promises more than it delivers. While its concept and visual effects may appeal to fans of classic video games, the weak script and inconsistent humor prevent the film from reaching its full potential. It’s a passable choice for a casual movie night, but it’s not the type of comedy that leaves a lasting impression. Video game enthusiasts will enjoy the nostalgic references, but viewers looking for a well-crafted story with compelling characters may walk away disappointed.