La Primera Guerra Mundial está a punto de terminar. Dos médicos del ejército, amigos desde la infancia, trabajan en el mismo hospital militar donde cada día llegan heridos graves del frente. Muchos de ellos, sin embargo, tienen heridas autoinfligidas, impostores que harían cualquier cosa por no volver al campo de batalla. Stefano está obsesionado con estos autolesionados. Giulio es aparentemente más comprensivo y tolerante. Anna, su amiga desde la universidad, es voluntaria de la Cruz Roja, un duro trabajo que lleva a cabo con determinación, aunque consciente de que es el precio que le hacen pagar por ser mujer.