Locura. Caos. Mutilación. La obra maestra de un asesino en serie.
Después de cada uno de sus atroces asesinatos, un asesino en serie deja una señal difícilmente olvidable: transforma los cuerpos de sus víctimas en copias de grotescas obras de arte. Para ello se basa en el concepto artístico de la anamorfosis, una técnica pictórica que consiste en manipular las leyes de la perspectiva para crear dos puntos de vista diferentes de una misma composición.
En este clásico thriller alemán, Hans Beckert, un asesino en serie que se alimenta de niños, se convierte en el centro de una enorme persecución policial de Berlín. Los atroces crímenes de Beckert son tan repugnantes y perturbadores para la vida de la ciudad que incluso es blanco de otros en la sórdida red del inframundo. Con policías y criminales persiguiéndolo, el asesino pronto se da cuenta de que la gente lo sigue, lo que lo envía a un tenso y aterrado intento de escapar de la justicia.
Dave Robicheaux es un detective del estado de Louisiana que anda tras la pista de un asesino en serie responsable de la muerte de varias jóvenes. Tras el brutal asesinato de la última víctima, Robicheaux se acerca a la escena del crimen. Allí coincide con la estrella de cine Elrod T. Sykes, que casualmente se encuentra rodando en el lugar de los hechos. Elrod le confiesa que ha visto el cadáver de un hombre negro flotando en medio del pantano. El hallazgo trae a su memoria dolorosos recuerdos de un caso anterior, y Robicheaux empieza a sospechar que los dos casos están en cierto modo relacionados.