Bernardo es un viejo profesor de Historia del Arte ahora retirado y recientemente viudo de su esposa Cecilia. Sin un camino ni rumbo fijo a dónde dirigir su vida, se encuentra cuando menos lo espera en un centro comercial con un amor que conoció hace 40 años y no se ha borrado de su mente: Víctor.
Poppy, de 16 años, tiene todo lo que las tarjetas de crédito ilimitadas pueden comprar, además de una actitud realmente insoportable. Después de una travesura bastante grave, su padre, desesperado, la envía a un internado en Inglaterra. Ahí, Poppy se enfrenta a su destino, encarnado este en la figura de una estricta directora y un salón lleno de niñas que no tolerarán su egoísmo.
Daphne, una mujer treintañera que trata de superar una ruptura sentimental, vive a lo largo de un año una serie de acontecimientos que cambian para siempre su vida, descubriendo cosas sobre sí misma que desconocía por completo.
Coronada en 1633, a los seis años, la Reina Cristina de Suecia fue una joven dirigente, enigmática y brillante, que combatió a las fuerzas conservadoras para revolucionar Suecia al tiempo que experimentaba el amor y exploraba su incipiente sexualidad. Huérfana de padre, rechazada por su madre y criada en una corte luterana dominada por hombres que pensaban que no tenía otra opción que casarse para tener un heredero, Cristina se vio envuelta entre la pasión y la razón. Revolucionaria, estudiosa de las artes y las ciencias, amiga de Descartes, librepensadora, precursora del movimiento feminista. Cristina era al mismo tiempo confusa, inquieta, excéntrica, solitaria, y en la corte todos subestimaban tanto su mente brillante como el despertar de la atracción que sentía por la condesa Ebba Sparre. Dividida por el conflicto que le planteaban sus aspiraciones políticas y sus deseos personales, Cristina tomaría una de las decisiones más controvertidas de la historia.
Al acabar el colegio, Valle y Quimi deciden celebrarlo con toda la pandilla haciendo un viaje a la playa. Allí prometen no separase nunca y ser amigos para siempre. Pasados tres años, durante una fiesta en el colegio, los dos se reúnen de nuevo y se pone de manifiesto que todo ha cambiado y que las diferencias entre ellos son demasiado fuertes: Valle trabaja como go-gó en una discoteca y se siente atraída por el dueño, un traficante de drogas. Quimi, sin embargo, ha cambiado su rebeldía, su moto y su chupa de cuero por una novia formal y una vida estable. Pero ninguno de ellos podrá olvidar el pasado tan fácilmente.