Keegan Dark regresa al corazón de los valles de las bodegas de California para hacer las paces con su familia de larga distancia. En cambio, encuentra un misterio desgarrador que pone en peligro la vida y el sustento de su familia.
Un excéntrico millonario invita a cinco personas a su mansión, donde se dice que se han cometido crímenes en el pasado. Les ofrece 10.000 dólares si pasan allí una noche entera, incomunicados, hasta que vuelvan los criados. Los invitados no se conocen entre sí ni tampoco al anfitrión, pero necesitan dinero. Así, los cinco extraños, el dueño y su esposa permanecen en la casa, en la que comienzan a ocurrir sucesos extraños.
El Padre Gabriele Amorth, Exorcista Principal del Vaticano investiga la terrorífica posesión de un niño y termina descubriendo una conspiración que hace siglos fue encubierta de manera desesperada por el Vaticano.
Una joven pareja, Rosemary y Guy, se muda a un infame edificio de apartamentos de Nueva York, conocido por aterradoras leyendas y misteriosos sucesos, con el propósito de formar una familia.
Un astrofísico que trabaja para la NASA, capta unas extrañas señales procedentes del espacio, que aparentemente encierran un mensaje inteligente. Pero cuando informa del hecho a sus superiores, es despedido. Después de localizar unas señales similares que se emiten desde México, el científico decide viajar a ese país con el fin de investigar el origen de las mismas. Allí descubre que los extraterrestres han llegado a la Tierra.
Will y Eden perdieron a su hijo años atrás. La tragedia afectó su relación de forma irreversible, hasta el punto de que ella desapareció de la noche a la mañana. Un día, Eden regresa a la ciudad; se ha vuelto a casar y en ella parece haber cambiado algo, convirtiéndola en una presencia inquietante e irreconocible incluso para Will.
En un futuro distópico, el Vaticano tiene el conocimiento de resucitar personas, pero un sacerdote descubre una trama de conspiración y asesinatos relacionados con estos aparentes milagros.
Guy, el tiránico director de un colegio privado, es odiado por sus alumnos, por su esposa Mia, e incluso por su amante, Nicole. Hartas de sus abusos, ambas mujeres deciden asesinarlo. El plan parece salir bien, pero pronto, para su horror y perplejidad, diferentes personas del colegio aseguran haber hablado o visto a Guy. Para colmo de males, una tenaz detective decide investigar el caso.
En un futuro post-apocalíptico donde el control de la población está dictado por una prueba de aptitud de la escuela secundaria, dos estudiantes descubren que la prueba es el humo y los espejos ocultando una conspiración más grande.
Cualquiera pensaría que para hacer una buena película de horror no se necesita mucho puesto que ya las piezas han sido expuestas y solo hay que reorganizarlas para hacer algo “diferente”. El posible problema se vuelve una lamentable realidad cuando decidimos ver una película esperando ver algo diferente, y vemos cierto potencial y nos emocionamos. Pero un par de sustos no es suficiente. Pareciera que hoy en día se deben usar los extremos para lograr efectividad. Si es muy absurda, ni siquiera nos enfocamos en la calidad, solo disfrutamos. Y si es seria, el ambiente creado debe estar alineado con una historia al menos interesante. Pero ¿qué pasa cuando todo se queda en el medio?
Mientras se recupera de un accidente de tráfico, Edward Malus (Nicolas Cage) recibe una carta en la que Willow, la novia que lo abandonó hace años sin darle ninguna explicación, le pide ayuda para encontrar a su hija que ha desaparecido misteriosamente. Edward se desplaza hasta la isla privada donde Willow forma parte de una tenebrosa comunidad pagana que realiza extraños ritos. Remake de un film británico de culto del año 1973, dirigido por Robin Hardy.