En Lake Placid un hombre resulta devorado por una criatura desconocida. El oficial de caza Jack Wells formará equipo con la paleontóloga neoyorkina Kelly Scott y con un excéntrico filántropo que adora los cocodrilos para encontrar a la bestia. La única pista de que dispondrán será un gran diente de aspecto prehistórico hallado en el lugar donde desapareció el hombre.
Pete (Michael Vartan) es un periodista americano que hace un reportaje sobre la industria turística en el norte de Australia. Allí se unirá a un grupo de excursionistas y a su hermosa guía, Kate (Radha Mitchell), para realizar un crucero por un río que atraviesa un parque natural australiano. Todo transcurre con normalidad hasta que, de repente, el barco es sacudido por un descomunal cocodrilo salvaje y se encalla en un islote. Cuando cae la noche, el grupo se convierte en una presa fácil para la bestia, y comienza una feroz lucha por la supervivencia en uno de los lugares más inhóspitos del mundo.
Un guardabosques, su mujer y su hijo se trasladan a vivir a una cabaña junto a un lago, propiedad de la tía del niño. El pequeño comienza a alimentar a unos cocodrilos bebés como si fueran animales domésticos, sin preveer que al cabo de poco tiempo, los cocodrilos comenzarán a ver a la familia como su alimento. Tercera parte de la saga Lake Placid.
Tras la muerte de su padre, Tim Webber regresa a su pueblo de la niñez en Somerset, donde se encontrará con que algo siniestro está perturbando la paz idílica de los aldeanos
La película sigue a una pareja amante de la aventura, que convence a sus amigos para explorar un sistema de cuevas en un alejado bosque del norte de Australia. Con una tormenta acercándose, se precipitan a la boca de la cueva, la cual comienza a inundarse, lo que implica que se verán amenazados por una manada de hambrientos cocodrilos...
Un cocodrilo se bate cuerpo a cuerpo contra una anaconda gigante. El sheriff de la ciudad deberá encontrar una manera de destruir a los dos monstruos antes de que maten a toda la población de la ciudad.
El veterano reportero Tim Manfrey (Dominic Purcell) realiza posiblemente la más complicada tarea de su vida: viaja al país africano de Burundi para localizar y capturar al cocodrilo más grande del mundo. Conocido como "Gustavo" por los aldeanos, se dice que el animal se ha comido a cientos de humanos al paso de los años. Las cosas se complican cuando aparece un criminal africano que es más sanguinario que el reptil gigante.
Basado en hechos reales. Grace, su novio Adam y Lee, su hermana pequeña, pasan las vacaciones en un lugar remoto del Norte de Australia. Acompañados por Jim, un experto guía, deciden adentrarse en un pantano. De repente, su barca se vuelca y en medio de la confusión, Jim desaparece. Los tres jóvenes descubren que han sido atacados por un cocodrilo. Desorientados y exhaustos, Grace, Adam y Lee emprenderán la lucha por la supervivencia.
Un enorme escualo prehistórico ataca una embarcación que transporta un cocodrilo gigantesco y lo libera, desatando el terror. El teniente Terry McCormick, superviviente de uno de los ataques del tiburón, y el cazador de cocodrilos Nigel Putman se disponen a enfrentarse a ellos.
Jason Drake (David Carradine) está al frente de un laboratorio científico en el que experimentan con la creación de especies vegetales de un tamaño mucho mayor del normal. Cuando deciden probar si el sistema funciona también con animales, toman como conejillos de indias a un cocodrilo y a un caimán. Cuando los resultados de estos experimentos, de enormes proporciones y ferocidad, escapan y comienzan a asolar la isla hawainana en la que se encuetran, sembrando el caos por donde quiera que pasan, Drake contrata a un conocido cazador de Louisiana conocido como El Cajún (Rib Hillis) y que utiliza como arma una ballesta explosiva. (FILMAFFINITY)
Un enorme cocodrilo de seis metros de largo siembra el terror entre los habitantes de la costa tailandesa. La causa de su aparición lejos de su hábitat natural es el cambio climático. El Gobierno ofrece una recompensa a quien consiga cazarlo vivo o muerto. Al principio, le atribuyen la culpa de todo a Jack McQuade, un hombre que dirige un parque zoológico de cocodrilos.