Un día, el director de cine estadounidense Josh Fox recibió una carta en la que una compañía energética le ofrecía arrendar parte de un terreno de su propiedad en el que se encontraba un importante yacimiento de gas natural, que la compañía en cuestión quería perforar y explotar. Inseguro acerca de la decisión que debía tomar, Fox inició un viaje a través de 24 estados de Estados Unidos para averiguar las consecuencias de la explotación de gas natural. Desde Pennsylvania hasta Utah, de un extremo al otro de Estados Unidos, Fox fue descubriendo que en aquellas zonas en las que el gas natural es explotado el los habitantes no podían encender un mechero cerca del grifo sin que el agua corriente se prendiese en fuego debido a la contaminación por gas. De ese viaje nació GasLand.
David Attenborough y el científico Johan Rockström examinan el colapso de la biodiversidad terrestre y cómo aún estamos a tiempo de evitar esta crisis.
Apasionado por la vida marina, un cineasta se propone documentar el daño que los humanos hacen a las especies marinas y descubre una conspiración mundial alarmante.
Jeremy Irons se propone descubrir el alcance y los efectos del problema de los desechos a nivel mundial, ya que viaja por todo el mundo a hermosos destinos contaminados por la contaminación. Este es un viaje minucioso y una valiente investigación que lleva a Irons (y a nosotros) del escepticismo a la tristeza y del horror a la esperanza
creados por centrales nucleares son colocadas en el almacenaje intermedio, que es vulnerable a catástrofes naturales, desastres artificiales, y cambios sociales. En Finlandia, el primer depósito líder mundial permanente es tallado fuera de la roca sólida -un enorme sistema de túneles subterráneos- que debe durar el período que la basura todavía es peligrosa: 100,000 años.
Ben Fogle pasa una semana entera viviendo en la zona de exclusión de Chernobyl, lo que le otorga una entrada exclusiva a la Sala de Control 4, epicentro del desastre nuclear.